jueves, 1 de marzo de 2012

SALUD

Una patología que cada vez afecta a más gente en nuestro país. Supimos de ella por famosos como Carlos Andrés Calvo y Gustavo Cerati.
Las estadísticas revelan que en Argentina hay un ACV cada cuatro minutos, una incidencia mayor a la que corresponde al país. Los factores más importantes son el alto consumo de cigarrillo.



El Accidente Cerebro Vascular (ACV) es una enfermedad vascular que afecta a las arterias del cerebro o que llegan hasta el cerebro. Por causa de esa afección las células del cerebro quedan sin oxígeno y pierden su función, apareciendo cuadros de parálisis de medio cuerpo, trastornos del habla, etc.

Los ACV se dividen en dos grandes grupos: isquémicos (por falta de sangre) o hemorrágicos

ACV isquémico o infartos cerebrales (80% de los accidentes cerebrovasculares) son resultado de una obstrucción o una reducción del flujo sanguíneo en una arteria que irriga a el cerebro, lo que genera la aparición de una zona infartada y es en ese momento en el cual ocurre el verdadero "infarto cerebral" . El accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando un vaso sanguíneo que irriga sangre al cerebro resulta bloqueado por un coágulo de sangre. Esto puede suceder de dos maneras:

* Se puede formar un coágulo en una arteria que ya está muy estrecha, lo cual se denomina accidente cerebrovascular trombótico.
* Un coágulo se puede desprender desde otro lugar en los vasos sanguíneos del cerebro o alguna parte en el cuerpo y viajar hasta el cerebro. Esto se denomina embolia cerebral o un accidente cerebrovascular embólico.

Los accidentes cerebrovasculares isquémicos pueden ser causados por el taponamiento de las arterias. La grasa, el colesterol y otras sustancias que se acumulan en la pared de las arterias formando una sustancia pegajosa llamada placa.


ACV hemorrágicos se deben a la ruptura de una arteria en el cerebro provocando una hemorragia intracerebral (15% de los accidentes cerebrovasculares) o a una ruptura de un aneurisma provocando una hemorragia subaracnoidea (5% de los ACV).
También se denominan hemorragia cerebral o apoplejía y se deben a la ruptura de un vaso sanguíneo encefálico debido a un pico hipertensivo o a un aneurisma congénito. Pueden clasificarse en intraparenquimatosos y hemorragia subaracnoidea.

La hemorragia conduce al ACV por dos mecanismos. Por una parte, priva de riego al área cerebral dependiente de esa arteria, pero por otra parte la sangre extravasada ejerce compresión sobre las estructuras cerebrales, incluidos otros vasos sanguíneos, lo que aumenta el área afectada. Ulteriormente, debido a las diferencias de presión osmótica, el hematoma producido atrae líquido plasmático con lo que aumenta nuevamente el efecto compresivo local. Es por este mecanismo por lo que la valoración de la gravedad y el pronóstico médico de una hemorragia cerebral se demora 24 a 48 horas hasta la total definición el área afectada. Las causas más frecuentes de hemorragia cerebral son la hipertensión arterial y los aneurismas cerebrales.


Cuadro clínico

Los síntomas de un accidente cerebrovascular son muy variados en función del área cerebral afectada. Desde síntomas puramente sensoriales a los puramente motores, pasando por los síntomas sensitivomotores. En algunos casos, es posible que una persona ni siquiera se dé cuenta de que ha tenido un accidente cerebrovascular.
Los síntomas generalmente se presentan de manera súbita y sin aviso o pueden ocurrir a intervalos durante el primero o segundo día. Los síntomas por lo general son más graves apenas sucede el accidente cerebrovascular, pero pueden empeorar lentamente.

Se puede presentar un dolor de cabeza, especialmente si el accidente cerebrovascular es causado por sangrado en el cerebro. El dolor de cabeza:

Comienza repentinamente y puede ser intenso.
Ocurre al estar acostado.
Lo despierta.
Empeora cuando se cambia de posición o cuando se agacha, hace esfuerzo o tose.

Los más frecuentemente diagnosticados son los siguientes:

Pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, o parálisis en la cara (hemiparesia/hemiplejía).
Dificultad para expresarse, entender lo que se le dice o lenguaje ininteligible (afasia).
Dificultad al caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación.
Mareos, dolor de cabeza brusco, intenso e inusual, casi siempre acompañado de otros síntomas.
Pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
Cambio en la lucidez mental



¿Cuáles son las consecuencias de un ACV?


La discapacidad resultante puede variar dependiendo de la ubicación del ACV y de la gravedad. Después de un derrame cerebral, las células cerebrales mueren en las zonas afectadas.

Los pacientes a menudo padecen discapacidades físicas, tales como la pérdida parcial de motricidad o hemiplejía, pérdida sensorial, trastornos del lenguaje, trastornos visuales, e incluso pérdida de memoria.

Comenzar un programa de rehabilitación rápidamente es clave para la recuperación.
El objetivo del tratamiento después de un accidente cerebrovascular es ayudarle al paciente a recuperar la mayor funcionalidad posible y prevenir accidentes cerebrovasculares futuros.



Prevención

Lo fundamental es controlar los factores de riesgo asociados; fundamentalmente, son la tensión arterial, el colesterol y la diabetes.
Evitar tabaco y alcohol.
Hacer vida sana: ejercicio físico, dieta saludable rica en verduras, frutas y grasas poli-insaturadas (EPA, DPA, DHA), con poca sal y evitando elevadas cantidades de grasas saturadas y azúcares (harinas).
Seguir las recomendaciones del médico de cabecera, quien tiene acceso a la información pertinente relacionada con la salud de cada individuo.
Evitar el sobrepeso.


Un accidente cerebrovascular es una emergencia médica. El tratamiento inmediato puede salvar vidas y reducir la discapacidad. Llamar al número local de emergencias (911) o busque atención médica inmediata ante los primeros signos de accidente cerebrovascular.

Es muy importante para las personas que están experimentando síntomas de un accidente cerebrovascular llegar al hospital lo más rápidamente posible. Si el accidente cerebrovascular fue causado por un coágulo sanguíneo, se puede administrar un fármaco trombolítico para disolverlo.
Se puede recuperar por completo o tener alguna pérdida permanente de la función.

Más de la mitad de las personas que tienen un accidente cerebrovascular son capaces de desenvolverse y vivir en el hogar. Otras personas no son capaces de cuidar de sí mismas.

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