miércoles, 11 de febrero de 2009

DANCING QUEER - Tango queer en toda la ciudad

Los lugares para bailar tango gay o tango queer se desparraman por la ciudad y hasta ya cuenta con su Festival Internacional de Tango Queer. Un breve repaso sobre este fenómeno cultural que cada vez cuenta con más adeptos adentro y afuera del país


Los compadritos, una raza de machitos no tan machitos que tuvo su apogeo a finales del siglo XIX y que usaba muchos elementos de lo que hoy se conoce como moda gay o metro sexual, fue parte de la génesis del tango. Pero en ese entonces, esas acepciones no existían y estos muchachos de apariencia exagerada e hiperproducida despertaban muchos comentarios. Diría el poeta José Sebastián Tallón: “Y se trajearon y acicalaron con un narcisismo exagerado de mujer, evidentemente sexual y sospechoso, tomaron el tango y lo llevaron a los medios sexuales obscenos. El contoneo criollo del caminar, que tuvo su origen en los tacos altos, ellos lo hicieron medio tilingo, si no amariconado. Y de la misma manera, a la coreografía del tango le dieron un estilo propio de exageraciones eróticas”. En definitiva, cuando Tallón dice “sexual y sospechoso”, nos deja abierta la puerta para suponer que eso de lo cual él no nombra, y es un acto sospechoso no es más que un acto homosexual, ya que no debemos olvidar que en esa época el tango se bailaba solo entre hombres.

En el bajo fondo se mezclaban todas las lacras sociales que el régimen excluía de las zonas “decentes” de las clases dominantes. Y en esa ensalada de malevos, prostitutas, cafiolos, anarquistas y ladrones, que eran la fauna suburbana, también estaban los homosexuales, conviviendo como uno más de las lacras lunfardas. Peleando a punta de cuchillo como cualquiera para defender el honor o saldar viejas cuantas pendientes.

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Talvez el mayor representante de esa tribu haya sido El Malevo Cepeda. Andrés Cepeda, fue toda una leyenda de la Buenos Aires lunfarda de comienzos del sigo XX, fue poeta, chorrito menor, anarquista y homosexual, algunos de sus tangos fueron cantados por Carlos Gardel. Aunque muchos de esos tangos no aparezcan en los discos con su autoría. Entre los tangachos que grabó Gardel se encuentran Me dejaste, La mariposa, El almohadón, A mi madre y Yo sé hacer. Cuando en 1925 le acercaron a Gardel le acercaron el tango Tiempos viejos, puso como condición para interpretarlo que se cambiase la estrofa: ¿“Te acordás hermano, la Rubia Mireya /que quité en lo de Hansen al loco Cepeda?”.Porque sentía que esa mención no le hacía honor al autor de las estrofas. Y que en la versión registrada quedó: “que quité en lo de Hansen al loco Rivera”.
Cepeda vivió rápido y murió de igual modo. Para muchos historiadores del tango fue un poeta que tenía todo para haber sido una estrella, y sin embargo prefirió ser fiel a sus ideas anarquistas. Vivió la mayor parte de su vida en la prisión, por eso fue conocido con el apodo de “el divino poeta de la prisión”.
Físicamente era un hombre alto y rubio, en su cara se notaban la lesiones producidas por la viruela, y llevaba un bigote ancho estilo mostacho.
Su muerte se produjo el 30 de marzo de 1910 al amanecer, en la vieja placita de México y Paseo Colón en un enfrentamiento de viejas deudas. Tres marineros ingleses que pasaban ocasionalmente por el lugar vieron toda la escena y avisaron de inmediato al vigilante. Lo que no entenderían eso marinos en la razón de porqué esos cuchillazos buscaban la ingle de la victima. Desconocían ciertos códigos lunfardos de los homosexuales, pero esa era la costumbre en esos tiempos cuando se protagonizaba una pelea a cuchillo por una cuestión de honor. Se apuntaba a la ingle. A la sangre del sexo.
El tajo fue certero, y Cepeda murió desangrado en la misma plaza. Tenía cuarenta años.



El tango queer además de ser una actividad cultural intensa e interesante, también se ha vuelto una actividad sumamente redituable para las tanguerías y las milongas que cada año cuenta con más espacios para desarrollar su aprendizaje y práctica. Si bien su fuerte es el boom del turismo gay, los bailarines locales cada vez se inclinan más por este tipo de lugares, ya sean de tango gay o tango hetero.
El caso más antiguo es el de La Marsháll, que con casi una década de antigüedad viene taconeando sus clases por distintos puntos de la ciudad como una escuela nómada. Hoy en día su lugar de residencia es en Maipú 444, todos los miércoles a las 23 hs, con una clase previa a las 22 hs. Otro maravilloso lugar en donde se puede practicar esta actividad es la siempre activa Casa Brandon, Luis Maria Drago 236, todos los domingos a las 20 hs. Y por último, otro espacio en donde no solo se puede aprender tango, si no también folklore, es Bayres Folk., todos los lunes a las 20 hs, ubicado en Cochabamba 360.
Sin dudas la máxima expresión de esta movida tanguera es el Festival Internacional de Tango Queer en Buenos Aires, que ya va por su segunda edición y en su agenda suele programar actividades diversas como: bailes, clases, fiestas, conciertos, performances y shows, además de la competencia oficial. Una oportunidad única para ver y vivir el tango desde adentro en sus distintas expresiones, y elegir ser testigos o protagonistas de ese maravilloso mundo del 2x4.

Más info:

“Historia de la homosexualidad en la Argentina. De la conquista de América al siglo XXI”- Osvaldo Bazán. Marea Editorial, 478 páginas. (Tiene varios capítulos dedicados al tango y es de donde se extrajo los datos de Andrés Cepeda).

www.festivaltangoqueer.com.ar

www.lamarshall.com.ar

www.casabrandon.com.ar

Bayres Folk, (011) 1556541658
bairesfolk@yahoo.com.ar

1 comentario:

  1. Hola Cristian, muchisimas gracias por el contacto! estuve pispeando la web y la verdad me resulto muy copada! muy buena la nota del Dancing Queer, habia leido por ahi que la desaparicion del Hansen no habia sido tan casual y que la proliferacion de actos "sexuales y sospechoso" -como escribio Tallon- conllevo a que no importara mucho que se borarar de la historia todo rastro del Cafe! mira que loko ahora lo encontraron! algunos nunca terminaran de entender que todo SIEMPRE se termina sabiendo y como dice Serrat: "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio".
    Claudio

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