Llega el verano y a muchos les
agarra una obseción por mostrarse bronceados aunque no hayan estado
vacacionando en ninguna playa. Tomar sol es una actividad que puede ser
extremadamente nociva si no se toman medidas preventivas. Por eso, hoy
te hablamos de los protectores solares.
Las
quemaduras por el sol constituyen la reacción visible de la piel frente
a la exposición a la radiación ultravioleta (su sigla en inglés es UV),
rayos invisibles que forman parte de la luz solar. Estos rayos también
pueden provocar daños no visibles a la piel. Las quemaduras múltiples y,
o excesivas hacen que la piel envejezca prematuramente y pueden
provocar cáncer de la piel. A largo plazo, los rayos UVB son absorbidos
por el ADN y causan alteraciones en el genoma. Los rayos UVA también se
absorben y se transforman en radicales libres, que alteran el material
genético y saturan los sistemas defensivos de la piel. Por tanto, cuando
las exposiciones solares son excesivas y los protectores están
desbordados, las células anormales proliferan y acostumbran a formar
carcinomas o melanoma.
Muchas
veces la radiación solar que llega a la piel es superior a la que ésta
puede resistir, por lo que es necesaria una protección adicional. Ésta
es la función de los protectores solares, que previenen las quemaduras y
los cambios degenerativos de la piel que causan los rayos ultravioleta.
La protección de los protectores podría clasificarse desde
mínima si el factor de protección está entre 2 y 11, hasta la máxima con
un SPF de 20 a 30. Como dato podemos mencionar que una crema con un
factor 15 puede absorber más del 92% de la radiación UVB y otra con
factor 30 protege hasta un 97%. Los protectores solares con un factor
mayor ofrecen protección por períodos de tiempo más prolongados, pero
hay que tener cuidado con aquellos que indican un SPF mayor que 30, pues
la diferencia real en cuanto a protección suele ser insignificante. Por
ejemplo, una crema con factor de protección 60 no suele proteger cuatro
veces más contra la radiaciones que otra cuyo factor sea 15.
-
Si sufrís quemaduras con facilidad y casi no te bronceás: SPF de 20 a
30. - Si sufrís quemaduras con facilidad y te bronceás muy poco: SPF de
12 a 30.
- Si sufrís quemaduras moderadas y te bronceás gradualmente: SPF de 8 a 12.
- Si sufrís quemaduras mínimas y te bronceás sin problemas: SPF de 4 a 8.
- Si casi no sufrís quemaduras y te bronceás sin problemas: SPF de 2 a 4.
Algunos tips para tener en cuenta a la hora de protegrenos contra el sol:
*Tiene
que brindar protección contra los rayos ultravioletas B y A. En cuanto
al factor de protección, éste debe ser como mínimo de 15 e idealmente
mayor a 30.
*Hay que utilizar una cantidad abundante y masajear en forma suave, para esparcir en forma pareja el producto.
*Una
buena crema puede brindar protección durante dos o hasta tres horas,
pero si la persona entra al mar, transpira mucho, se revuelca en la
arena o se pone y se saca la ropa hay que reaplicar con más frecuencia.
*Los
protectores solares no reemplazan una sana y educada relación con el
sol. Hay que evitar los horarios en que el sol es más fuerte (entre las
11 y las 15), usar ropas para protegerse del sol y hacer uso de la
sombra (la de los árboles, por ejemplo), los protectores son un
complemento de estas medidas.
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