domingo, 1 de enero de 2012

Salud- VIH/SIDA PARTE 2

8. ¿Cómo es el test?

El test de sida es un análisis de sangre sencillo, gratuito y confidencial que se hace en los hospitales y centros de testeo. Sólo te lo pueden hacer si estás de acuerdo y siempre te tienen que dar el resultado en privado. Nadie puede recibirlo por vos.
Las pruebas que suelen hacerse (Elisa, Western Blot) sirven para detectar los anticuerpos producidos por el organismo para defenderse del VIH. Si hay anticuerpos, hay virus.






9. ¿Qué es el Período Ventana?

Hay una primera etapa de la infección, de alrededor de tres meses, en que la presencia del virus no es detectable por las pruebas de laboratorio: es el llamado "Período Ventana".
Pero más allá de que no se detecten los anticuerpos, durante el Período Ventana el virus se está multiplicando de manera muy rápida. Por lo tanto, aun si las primeras pruebas han dado negativas, es necesario continuar cuidándose. Aunque no se puede generalizar, lo normal es que el médico recomiende repetirlas.
La Ley de Sida prohíbe a los médicos o a cualquier otra persona que por su ocupación se entere de que alguien tiene VIH o sida, revelar esta información públicamente.



10. ¿Para qué sirven los estudios de "carga viral" y "CD4"?

Complementan el examen clínico y ayudan a definir la conducta terapéutica a seguir: cuándo comenzar o modificar un tratamiento.
Una vez detectada la infección, lo más importante es averiguar cuál es el estado de las defensas del paciente. Para esto se utilizan el recuento de linfocitos CD4 (indicadores de la capacidad de defensas del organismo) y la cuantificación de virus circulante en sangre (lo que se denomina carga viral).
A mayor carga viral hay más rápida caída de las defensas (CD4), y más posibilidades de que aparezcan rápidamente las enfermedades que conforman el sida.



11. ¿Es posible tratar la enfermedad?

Sí. Hay tratamientos que, aunque no erradican el virus, hacen más lenta su multiplicación. De este modo, frenan la destrucción de las defensas del organismo y, por lo tanto, retrasan el comienzo de las enfermedades oportunistas.
Los avances logrados en la medicación han hecho que sean cada vez más las personas que viven con el virus sin desarrollar el sida.
Hoy, el consenso mayoritario es comenzar un tratamiento con, por lo menos, tres tipos de drogas (lo que se conoce como "cóctel").
Si bien hay muchas combinaciones efectivas, la elección de las drogas a utilizar dependerá de la evaluación que hagan cada persona y su médico.
Es muy importante asegurar la regularidad de las tomas de medicación en los tratamientos combinados actuales, pues la discontinuidad permite que el virus se haga resistente, es decir, que las drogas no surtan más efecto.
Las leyes nacionales establecen que en los hospitales públicos el tratamiento es gratuito y que en las obras sociales e instituciones de medicina prepaga, los estudios y tratamientos deben brindarse sin costo adicional alguno.






12. ¿Existe una vacuna?

No. En la actualidad se están llevando a cabo investigaciones sobre dos tipos diferentes de vacunas: unas, para aplicar a las personas que ya tienen el VIH (como un tratamiento) y otras, para evitar que las personas se infecten (como las tradicionales que se dan a los chicos). Sin embargo, no existen resultados científicamente probados que permitan su aplicación en personas de manera masiva.
Las vacunas de tratamiento se diferencias de los cócteles en que buscan mejorar la capacidad del sistema inmunológico para que éste pueda eliminar al virus, mientras que los cócteles atacan el virus en los diferentes de su evolución. En síntesis, las vacunas buscan mejorar las defensas y los cócteles, debilitar a los agentes que agreden al organismo.



13. ¿Cómo prevenir el VIH?

Dado que conocemos las vías de transmisión podemos enumerar los modos de no infectarnos.

Prevención de la transmisión sexual:

* Usar correctamente el preservativo. Correctamente significa usarlo siempre que se mantengan relaciones sexuales con penetración (oral, anal, vaginal) desde el comienzo de la penetración. Es muy importante ponerlo de manera adecuada, ya que prácticamente todas las roturas del preservativo se deben a que no está bien colocado.
* Usar un preservativo nuevo y en buen estado en cada ocasión (hay que verificar la fecha de vencimiento y el sello IRAM en el sobre).
* Si se usan lubricantes deben ser los conocidos como "íntimos" o "personales", a base de agua. La vaselina o las cremas humectantes arruinan el preservativo.
* El calor también, por eso no conviene llevarlo en bolsillos ajustados del pantalón ni dejarlo en lugares expuestos a aumento de temperatura.
* La presencia de otras enfermedades de transmisión (ETS) y de lastimaduras en los genitales aumentan las posibilidades de transmisión del virus, por lo que tratarlas es también una medida de prevención.

Conocer estas medidas es fundamental; pero lo más difícil es no dejarnos llevar por los prejuicios, superar la vergüenza y el temor que significa hablar de sexo con nuestras parejas, nuestros hijos, nuestros padres o nuestros amigos. Todavía existe mucho machismo, mucho miedo a lo diferente. Aceptar y respetar los distintos modos de vivir la sexualidad, entender que la vida sexual puede cambiar con el tiempo, nos permitirá comprender más y juzgar menos para poder cuidarnos mejor. En la ciudad de Buenos Aires hay más de 380 lugares que distribuyen preservativos en forma gratuita.





14. ¿Por qué nos cuesta cuidarnos?

Cambiar actitudes, opiniones y sobre todo prácticas, es difícil. El VIH-sida plantea interrogantes y desafíos para los que no siempre tenemos respuestas. El temor a lo desconocido, los prejuicios, las creencias y valores a los que estamos aferrados explican en gran medida nuestras dificultades para cambiar.

* El desconocimiento. En general, tenemos miedo a los desconocido; en cualquier terreno y en el de la salud y el sida también. Lo mejor es informarse, preguntar y sacarse las dudas con gente que sepa.
Centros de Prevención Asesoramiento y Diagnóstico (CePAD)
* La confianza. Confianza significa compartir y poder hablar de todo, incluido el sida. No sirve usar la confianza para no preguntar, no dialogar, o para olvidarse de los riesgos propios y de los de la pareja.
* Lo femenino y lo masculino. En cada sociedad hay una manera dominante de entender lo femenino y lo masculino que muchas veces es un obstáculo para llevar adelante una vida sexual segura.
Por ejemplo, la idea de que el varón, además de ser heterosexual, debe estar "siempre listo" y demostrar su masculinidad, lo lleva a no poder rechazar una relación sexual aun cuando pueda ser riesgosa. En cambio, a la mujer se le suele adjudicar un rol pasivo -de inexperiencia o inocencia- por el cual no debería llevar preservativos ni proponer su uso. Contradictoriamente, recae en ella la responsabilidad de adoptar métodos anticonceptivos. Esta representación social de lo femenino reduce la sexualidad de las mujeres a la función reproductiva, quitándoles la posibilidad de pensar su cuerpo desde el placer, privilegio reservado sólo a los varones.
* Los prejuicios. Aunque no nos demos cuenta, muchas veces las palabras que usamos encierran prejuicios. Hay términos que, gracias al trabajo de sensibilización y concientización de las personas que viven con VIH y sus organizaciones, evolucionaron desde el inicio de la epidemia. Por ejemplo, la expresión "persona que vive con VIH" ha reemplazado a "portador" y la categoría "grupo de riesgo" (que asociaba la infección a las trabajadoras sexuales, a los homosexuales, o a los usuarios de drogas) fue desplazada por la de "vulnerabilidad frente al VIH", que se refiere a las situaciones concretas en las que cualquier persona tiene posibilidad de infectarse.
Creer que el sida es un problema de "homosexuales", "drogadictos" o "prostitutas", no sólo es negar los hechos, sino que es seguir fomentando la discriminación. La falsa seguridad de quienes se sienten "normales" es uno de los principales obstáculos para la prevención.

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