Cris Miró fue la primera travesti mediática. Dueña de una belleza envidiable y de suaves modales, fue la primera travesti que tuvo notoriedad en los medios. Ella abrió el camino para todas las que llegaron después. En tiempos en donde se debate la Ley de Ientidad y Género, en un buen momento para recordarla.
Nació en septiembre de 1967 con el nombre de Gerardo Elías Virguez, y fue hija de un militar retirado que pertneció a la Armada Argentina.
Sus comienzos la llevaron a trabajabar en el boliche de ambiente que Moria Casán tenía en los 90s, en donde Cris era uno de los transformistas.
Cuando ella entró aquella noche de 1993 en el pub GAYSOLINE, el productor teatral Lino Patalano quedó boquiabierto. La sensualidad repartida en ese metro ochenta y cinco de estatura, el pelo de odalisca en cascada, y los ojos cristalinos custodiados por cejas fuertes, de guerrera.
El pub ofrecía en sus noches los tradicionales shows de strip tease y de transformismo, pero era esa figura imponente de Cris era la que atraía todas las miradas. "Es lo que le falta al espectáculo, a la revista argentina, una mina como esa", le dijo Patalano a un amigo. Alguien se acercó.
–¿Patalano? Le quiero presentar a Cris Miró.
–¡Ah, qué linda mina!
–No, no es una mina. Es un hombre.
Fue actríz, vedette y travesti, llegando a ser la primera que alcanzó gran notoriedad mediática y respeto de parte del público no lgbt. Tenía una imponente figura y una sensualidad que la acercaba a las divas del cine. Tanto así, que hasta fue modelo de Roberto Piazza, lo que para la época no era algo común.
El boom se dió en 1995, cuando formaba parte del elenco de Viva la revista en el Teatro Maipo. Luego vendrían las obras Más locas que una vaca o Más pinas que las gallutas, en ambas con dirección de Hugo Sofovich.
"A pesar de que nací con un determinado sexo que hace que tenga documentos con nombre y género de hombre, lo más importante es lo que yo siento. Yo soy una sola persona, y eso es lo que a mí me importa.
Eso de los opuestos lo ven los demás, yo lo vivo de una sola manera. Elegí hacerle caso no a mi documento de identidad, sino a mi identidad”.
Cris Miró marcó un antes y un después para la actrices trans que le siguieron, Flor de la V, Mariana A o Pequeña P.
El 2 de junio de 1999 a las 14.10, la travesti que deslumbró en el teatro porteño, moría en la clínica Santa Isabel de Flores, por una afección pulmonar en un principio de cáncer linfático. Le faltaban pocas materias para recibirse de odontóloga.
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