domingo, 1 de mayo de 2011

LIBRO- Olor a pasto recien cortado - Entrevista a FACUNDO SOTO

Foto: Bruno Szister


Facundo Soto nos regala Olor a pasto recién cortado. Historias de futbolistas gays en donde el deseo, los olores, el sexo, los vínculos familiares y la amistad, son los condimentos que sazonan estas historias simples de pibes de barrio que viven su orientación sexual sin complejos dentro y fuera de la cancha.



Tu libro es el primero de un sello editorial nuevo. ¿Cómo es trabajar en un sello independiente?


El sello Conejos está re bueno, es muy fresco. Está el libro de Bermani que es lo más, son un puñado de cuentos unos mejores que otros, el de Paulita Brecciaroli "Brasil" con una tapa increíble y una cosa muy cool, y también el de Bruno Szister que es un hijo de puta, escribe con una simpleaza admirable.



Los olores parece que ocupan un lugar importante dentro de tu libro ¿Cómo nació esa fascinación por lo olores?

Siempre le presté bastante atención a los olores. Cuando voy a jugar al fútbol, voy en bicicleta y siempre presto atención a los olores que me siguen. El otro día olí a pintura y me trajo el recuerdo de una casa donde viví con mis viejos, a la música en cassette que escuchaba en ésa época… el olor a sopa también me desencadenó cosas que ahora me sirven para escribir un texto. El del pasto es alucinante, para mi es sinónimo de vida, felicidad, alegría, amistad. También le doy bolilla a los colores. Mi favorito es el Turquesa. No es casual que el primer texto del próximo libro “Juego de chicos” que sale en dos meses tambien bajo el Sello Editorial Conejos comience con un cuento que se llame “Turquesa”.


Cuando terminé de leer “Olor a pasto recién cortado” le encontré ciertas similitudes con “MDP (Mar de Pijas)” de Alejandro Quesada. Donde lo masculino suprime el mundo femenino. Como si los personajes buscaran alejarse del estereotipo de gay marica que plantean otros autores de literatura gay. ¿Hay algo de eso en tu escritura?

No sé… leí MDP pero no le encuentro muchas similitudes, ahora que lo decís quizás el tema que hablaba en la presentación (me metí en un tema delicado) cuando dije que mi escritura no era maricona. Lo que quise decir es que, yo no adoro a la mujer como muchos gays y, personalmente, no me gusta Madonna ni los íconos gays, pero creo que eso viene de mi formación. Antes que gay son una persona que se formó insertada en esta fucking sociedad. Yo iba a ver a Los Violadores, Las Pelotas, Don Cornelio; escuchaba a Los Ramones, Pixies, Bowie. Leía a Bukowski, Beckett, Juan Forn… gente que no era gay. A mí, por mi historia familiar, me angustia el universo femenino, me hace sentir asfixia, prefiero el olor a vestuario, a bolas, a estar entre chicos, amigos… y eso se refleja en mis textos porque ahí encuentro sol y felicidad. (Estoy pensando el nombre para otro libro que tengo casi terminado y las palabras que me aparecen son felicidad, sol, pasto, cielo, culo, pija). Creo que estar con otro hombre en la cama, o a dónde sea, es algo bien de hombre, de macho. Ahí encuentro la masculinidad, la virilidad encendida; y eso me gusta, me fascina. Creo que no hace falta ser mujer para estar con otro hombre. Ahora estoy con mucho trabajo, escribiendo varias notas para el Soy y Somos Noticias, más la novela Nylon y otros textos, pero tengo hace tiempo rondando en la cabeza una hipótesis que me gustaría estudiar y desarrollar. Es que, generalmente, las travestis no creen en la homosexualidad, no conciben a dos hombres juntos en la cama, amándose. Algo así como que son ultra machistas, y que ésa es su fantasma inconsciente que las lleva a ser mujer para poder permitirse estar con un hombre; pero es un tema no sencillo y que requiere mucho estudio, además es una hipótesis que puedo confirmar o a través de mis investigaciones se puede refutar.


Otra de las similitudes que encontré con MDP, es que los personajes no tienen nombre de pila, sino apodos. ¿Cómo surgió esa idea?

Surgió hace 3 años, más o menos, cuando llegaba a las 12 de entrenar y me quedaba colgado, en la cama, mirando el techo, recopilando información de todo lo que había visto, escuchado y olido. Fue una noche, cuando entraba a mi casa, que miré el cielo, yo estaba todo transpirado y me dije: “Sí, tengo que escribir esto, pero ¿cómo? ¿Cómo abarcar esta inmensidad, este universo?” y al toque me vino la respuesta: “Por las pequeñeces, por los detalles de las personas". Entonces empecé a confeccionar el perfil de cada uno de los chicos del equipo. Obviamente parten de algunos hechos reales, pero después, para intentar hacer literatura lo condimento y terminan siendo un Frankenstein. Después me apareció el problema de la confidencialidad, y enseguida otra vez la respuesta rebotaba en mi cabeza: “Ponerles el número con el que juegan”, porque además, como te decía recién, cada texto no es una foto real de cada jugador, es una invención, sí con hechos y dichos y olores reales. Me encantó eso, me pareció original. Lo consulté con una periodista amiga de Página 12 y le alucinó la idea, entonces le di para adelante. En MDP, si no recuerdo mal, Ale Quesada usa los nicks del chat, que está buenísima la idea, pero a veces eran muy largos y, a mí, me dificultaba la lectura. Pablo Perez en “Soy Positivo” está utilizando letras en vez de nombre, pero él me contaba el otro día que más que nada era por una cuestión de economizar caracteres y tener más espacio para decir cosas.


¿Por qué creés que la gente piensa que a los gays no les interesa el fútbol?


No creo eso. Creo que la gente piensa más de lo que dice, y que, si hablamos de gente copada, instruida o con calle (que es la que más me interesa) sabe un montón de secretos. Mi viejo, que es un tipo tanguero, fanático de River, etc, cuando le conté mi condición sexual me dijo: “Todo bien Facu, pero no me des detalles” y fue re piola. Me contó que en la cancha pasan un montón de cosas, pero tapadas. Nadie se hace cargo de lo que hace; muchas veces ni siquiera le ponen nombre al acto, es un “Juego de chicos”. Yo creo, sinceramente, que la homosexualidad está más desparramada y hay más actos homosexuales de lo que uno cree. Ayer volví de Sao Paulo y me di cuenta de que allá la gente no tiene preconceptos acerca de su sexualidad, se dejan llevar y andan con la bisexualidad, de la que hablaba Freud, totalmente abierta. La mayoría de brasileños tienen novia, están casados, pero saben contemplar el encanto masculino, la virilidad, o la femenización de un hombre y si la ocasión se da, se dejan llevar. Es genial llegar a ese grado de libertad. Y ni hablar de los carnavales. Creo que a los argentinos, la mayoría nos volvemos (s)argenos, nos hace falta un poco de ritmo en la sangre, movernos, dejarnos llevar. Igual, como te decía al comienzo, la gente no es tonta sabe que en el fútbol está lleno de gente gay. Los que estamos en el tema, los re sabemos. La hinchada la tiene re clara, y si le prestas atención a los cantitos te lo dicen, de una, valoran la masculinidad y el amor de dos chabones, también se enteran de quién se cogió a quién, de dorapa en el vestuario, y por qué lo vendieron de ése club a otro, no son giles… ahora, el que no quiere ver, no va a ver, nada, ja ja.

Vos fuiste parte de Los Dogos. ¿Cuánto de anécdota vivida y cuanto de ficción hay en el libro?

Yo jugué en Los Dogos, pero también con otros equipos gays, y me gusta la diversidad, por eso juego con cuanto pibe me invite a jugar… los partiditos contra los héteros en Parque Sarmiento eran geniales…
Como te decía hace un rato, hay un disparador que es 100% real, vivido y luego intento hacer literatura, busco situaciones, ato hilos, tejo historias de un personaje, de otro, de un momento de esa persona, lo confronto con otro momento y así voy creando historias. Me fascina el momento de desmalezar el texto, sacarle los yuyos, ver la cantidad de párrafos que le dedico a un personaje, a otro, combinarlos como si fuesen colores… es un acto de absoluto goce para mí. La mayoría de las veces me re cago de la risa escribiendo, siento la energía como me recorre el cuerpo, igual que cuando juego que se me dibuja una sonrisa en la cara…


La historia de Nueve resulta muy breve, ¿habrá más aventuras de este personaje o tenés planteado que no haya una continuidad?

En “Juegos de chicos” hay 21 capítulos. Cada uno está dedicado a un jugador, obviamente intervienen algunos otros. Las situaciones pasan en los entrenamientos mientras trotamos, en los vestuarios, en los partidos… El libro comienza con una travesti que se quiso meter al equipo y hubo diferencias y termina con el perfil del DT, curiosamente ese capítulo habla más que nada de la falta del DT y todo lo que pudimos hacer cuando faltó la ley. Y cierro el texto con una pregunta: “¿Realmente lo necesitamos al DT?” (risas). Olor a pasto recién cortado surgió del pedido de un escritor que iba a dirigir una colección de libros gays que después no pudieron llevar a cabo. Yo estaba trabajando en otro libro de crónicas de fútbol gay, con la misma temática, también con números en vez de nombres, pero en otra etapa, más divertidos, ya que los presenté en “Juego de chicos” y ahora se movían en situaciones más libres, con más acción, no tanto el perfil de quién es cada uno y que le gusta y que no. Como iba por el “9” y resultó ser bastante largo, alguien me dijo que no era una crónica, sino una pequeña novela, una nouvelle. Entonces se lo dí al editor. Como nunca salió dije, bueno, ya cree ciertas expectativas, ahora lo largo solo, lo dejo que salga a la cancha y que corra. Ese día Pablo Perez me envía un mensaje de texto al celular que hablaba de un “puntapié inicial que daba yo, o “9” para mover la pelota” y ese hecho me confirmó que “9” tenía que salir a la luz, al pasto jugar y oler el pasto recién cortado… ja ja


¿Qué es lo mejor de jugar al fútbol?

¿Qué es lo mejor de jugar al fútbol? Mmmm… dejá que piense un rato… creo que jugar en sí, más que ganar… creo que es correr, sentir la libertad de que no te importa nada mas que el equipo, apoyar a tus compañeros… fundirte con ellos y hacer masa, dejar de ser uno para ser un montón de amigos que se reflejan como en un espejo, en uno. Es compañía, diversión, sol, olor a pasto, es hablar de pijas, de culos, de chicos lindos, es reírse, fumarse un porro, correr bajo el cielo y sentir que estamos en un planeta que gira…

Facundo R. Soto

1 comentario:

  1. Muy buena la entrevista, me identifico con el pensamiento Facundo, creo que me gustará leer el libro.

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