Otro entre otros es un documental que exhibe la realidad que viven algunos judíos gays en la Argentina, y el modo en que fueron abriendo el ropero y enfrentandose con sus familias y amigos. Testimonios conmovedores que ayudan a comprender mejor como ser judío y gay en éste país.
Nací en una familia católica, apostólica, romana. Fui bautizado, tomé la comunión e hice mi confirmación. Mis padres esperan todavía que pase por un altar para desposar a una joven virgen con la cual formar una nueva familia cristiana. Pero un par de sucesos en el camino hicieron que las cosas no tengan un transcurrir tan feliz para mis padres.
Todos los días cuando abro los ojos en la cama, junto a mi hay otro hombre. Salgo del cuarto y en el marco hay una mezuzah. En ese y en todos los marcos de las puertas. Paso por el living y sobre el aparador veo un estuche de terciopelo donde sé que están los tefilin. Llego a la cocina y me preparo un café, automáticamente tomo el cuchillo de mango blanco para untar el queso, porque los marrones son de carne.
Y como tengo dos juegos de cubiertos, también tengo dos juegos de loza y dos hornos. “No cocinarás al cabrito en la leche de su madre“, o algo así, dice una frase en la torah.
Si suena el teléfono tengo que chequear el identificador de llamados para saber si es la familia de mi pareja, entonces no puedo atender el teléfono.
Ellos también tienen mezuzahs y dos o tres juegos de loza, su madre usa peluca y sus hermanas también. Son judíos muy observantes de las normas religiosas.
Este nuevo mundo al principio me resultó un poco ajeno, pero me dio curiosidad, así fue como de a poco descubrí y aprendí las costumbres y normas de esa religión. De las cuales hoy cumplo algunas por amor a mi pareja, aunque no tenga las mismas creencias.
Un día comprando carne kosher en la carnicería de Simón en el barrio del Once me crucé con mi suegra, una mujer de unos setenta años aproximadamente, compartimos una conversación acerca de los precios y los cortes. Era raro, yo sabía quién era ella, dónde nació, quienes son sus padres, sus hijos, cómo se llaman sus amigas, a que templo va, elegí la blusa que llevaba puesta junto a mi pareja para regalársela en su cumpleaños y ella no sabía quién era yo. Y eso me pareció injusto, no para mí, sino para ella. Se estaba perdiendo la vida de su hijo, quién en silencio se iba alejando más y más de su familia y su comunidad para pasar tiempo conmigo.
Por eso decidí que tenía que contar lo que pasa dentro de la comunidad judía. Por ella, por sus hijos, y por todos los padres y los hijos que se desvinculan sean o no judíos.
No podía mostrar la vida de mi pareja sin ponerla en riesgo. Y lo que hago es por amor a ella. Así que empecé a buscar historias parecidas a las de él. Mi “suegra“ se lo merece.
Maximiliano Pelosí (Director)
Trabajaste en otros proyectos cinematográficos anteriormente como en Un año sin amor de Anahí Berneri y Lesbianas de Buenos Aires de Santiago García ¿Cómo fue el proceso de armar tu ópera prima?
Proceso largo y complicado. La toma de decisión de hacerlo, sí vale la pena o no. Convencerme que era capaz de dirigir algo. Mantener los otros trabajos de la productora mientras se gestaba esto.
Una larga etapa de investigación. Encontrar y escuchar a gente judía y gay que nos revelara sus historias. Muchas charlas con gente que venía a la oficina y teníamos largas conversaciones donde confesaban momentos horribles de sus vidas. Encontrar a la gente que diera sus historias y aceptara hacerlo delante de cámara. Cada uno de estos momentos tenía grandes complejidades en sí mismo. Pero despacio y con paciencia pudimos sortearlos todos.
¿Ves al cine como una acción de militancia?
Veo al cine como arte, como producto y como elemento de militancia. El arte tiene que romper los moldes y mostrar cosas. Es una herramienta genial. La gente se identifica fácilmente con los protagonistas y hace posible que se pongan en la piel de ese otro que les es desconocido y a partir de ahí conozcan cosas que le son muy ajenas.
¿De donde se sacaron las estadísticas que hablan de posibles 15000 gays y lesbianas judíos en la Argentina?
Que hay 250.000 judíos en la Argentina de un libro de censo judío realizado alrededor del año 2005. El cálculo del seis al ocho por ciento es una reducción de la estadística internacional de la que habla que el diez por ciento de la población es homosexual. No quisimos poner un diez por ciento y subir el número a lo que realmente creemos que es para no parecer exagerados. Preferimos poner un número reducido, verosímil para el común de la gente y al mismo tiempo lo suficientemente importante como para generar cierta movilización.
Otro en otros es un documental sobre judíos gays, pero también una breve reseña de los 6 años de JAG. ¿Crees que sin JAG hubiese sido más complicado contar estas historias de vida?
No lo sé. Sí sé que encontrar a JAG fue y contar lo que se hacía ahí era para mi algo suficientemente interesante como para contar y fue parte de los procesos que me movilizaron durante la gestación de la idea.
A excepción del Rabino Damián Caro de Fundación Judaica, no hay otras voces de instituciones judías. ¿Por qué sucede eso?
Al momento del rodaje las voces que dominan la AMIA son de facciones ortodoxas. La realidad es que no nos importa la opinión de la ortodoxia porque es netamente negativa.
Yo estoy convencido que a la gente hay que darle ejemplos de acción, y optar por una visibilización positiva. Si pongo a un rabino que los acepta, es más fácil de imitar. Si pongo un rabino que no los acepta a lo sumo dirán :”pobrecitos no son aceptados”, pero no encontrarán una razón para hacerlo ellos mismos.
El documental plantea por un lado el deseo de visibilidad por parte de algunos judíos, pero también la dificultad para compatibilizar su identidad sexual y su judaísmo. El deseo de ser gays, pero sin resignar ser judío, como remarca en su testimonio Daniel. ¿Cuál fue la reacción de la ortodoxia judía?
Para algunas de las facciones ortodoxas, ser homosexual es una enfermedad y se puede curar. Para otras es algo con lo que hay que lidiar, podés estar enamorado de un hombre, pero no podés tener sexo con él y hay que cumplir las mitzvah, por lo cual tendrías que casarte y tener hijos.
El matrimonio igualitario es una realidad en nuestro país. ¿Creés que el deseo de matrimonio para gay judíos como espera Gustavo, en un futuro no muy lejano, será posible?
Sería el mayor éxito que podría tener el documental.
Otro entre otros
Era lunes, caminando por Av Rivadavia descubrí en la cartelera del Cine Gaumont esta película, lo que me sorprendió casi tanto como la primera vez que vi una kipá multicolor en la cabeza de alguién. La sorpresa no fue saber que en comunidades judias también había homosexuales, porque de estos habemos en todas partes, lo que llegó a sorprenderme fue el modo de expresarlo, el modo de hacerlo visible. Algunos llevamos un simple pin o una cintita colorida en la muñeca, otros nos atrevemos a colgar de nuestros balcones la insignia patria de seis colores, pero en Otro entre Otros, osado casi al extremo, se anima a una kipá arco iris.
Siempre me pregunté como era poder “Ser” en un mundo tanto más ortodoxo que el mío, afortunadamente este film se adentra en este tema y nos enseña a personas como yo, un acérrimo ateo, lo que es criarse en una religión que tarde o temprano no aceptará algunos de los caminos que las vidas que los individuos eligen. Gustavo, Daniel, Diego y Dan, los protagonistas de este documental, no reniegan de su religiosidad a pesar de que no les permite vivir plenemente su homosexualidad ¿Y por qué renegar? ¿Por qué no pueden ir las dos cosas juntas? ¿Por qué elegir una y no ambas?
La película plantea que ser judio gay tiene consecuencias doblemente discriminatorias, familias que no hablan del tema, amigos casi hermanos que no se permiten aceptar al otro tal cual es, y la religión que los abrigó y los marcó desde el nacimiento no aprueba la naturaleza de las vidas de personas gay, estos hechos llevaron a miembros de la comunidad judia a formar un grupo de contención y pertenencia llamado JAG (Judios Argentinos GLBT) esta asociación busca la aceptación y la inclusión de la diversidad sexual dentro de la comunidad judía.
Otro entre Otros pone a la vista de todos una realidad que merece ser mostrada, ojalá algún día no muy lejano todos podamos ser plenamente lo que SOMOS. Y me gustaria recomendar otra peli documental muy interesante que muestra el amor entre un palestino y un israelí llamada Zero degrees of separation.
Calificación. Brutus Brutus Brutus Brutus
JAVIER RIVELLOTA RAMIREZ
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